martes, 2 de noviembre de 2021

Canción filial

Padre: lo único cierto

es que tú no estás muerto.
 
Otros, tienen sus dioses, sus amigos lejanos;
otros tienden las manos
abiertas hacia verdes promesas imposibles,
y esperan, recostados sobre la piedra dura
de la paciencia, el pan de la dicha futura
y el agua de venturas risibles.
Están sobre el camino polvoriento
deshojando sus preces en el viento;
lamiendo las sandalias de las vírgenes,
encendiéndoles velas a los santos
y adulando una suerte de seres vengativos
a quienes, desde luego,
les da lo mismo, en suma, ser amables o esquivos.
(Eso, si es que conocen todos nuestros quebrantos).
 
Yo, no. Yo sólo tengo
tu sombra inteligente;
tu sombra que vigila
con atenta pupila
todas las tempestades que rugen tras mi frente;
tu sombra, que me enseña las sendas de la Senda;
la que lleva mi potro cerrero de la brida;
la que acampa conmigo después junto a mi tienda
y mis camellos y tesoros cuida.
 
Quizás no sepas, padre, que cuando tú partiste
yo empezaba a ser triste.
Ya estaba frente al vasto pizarrón de las cosas,
con su sistema de ecuaciones odiosas,
la tiza que me diste en la mano,
y la frente fruncida,
tratando de arrancarle, en vano,
su incógnita a la vida!
Pero yo sé que ahora me estás viendo, querido.
Sé que estás a mi lado,
seguramente empeñado
en que recuperemos el tiempo perdido.
Por eso eres, padre, el único a quien pido.
 
Lo que yo quiero es esto:
(bien poco; ya tú sabes que siempre fui modesto).
 
Tú, que no duermes, vela mi pobrecito sueño;
tú, que eres fuerte, dame tu ayudita en la carga;
tú que eres ágil sobre tu propia senda larga
ponme fibras de amianto para mi duro empeño.
 
Hazme franco, sencillo, luminoso, risueño,
ya si el placer me aniña, ya si el dolor me embarga
vierte tu miel de abejas sobre mi copa amarga
¡Y sobre todo, padre, hazme mi propio dueño!
 
Tenme siempre a tu lado como antes me tenías,
disimula mis faltas, vibra en mis alegrías;
cuida de que nos dure para siempre mamá.
Envuélveme en ti mismo, ya que no puedo verte,
y espérame en la hora confusa de la muerte
para que me acompañes…
 
                                            ¡Hasta luego, papá!
 
 
Nicolás Guillén

domingo, 6 de octubre de 2019

Cada uno se va como puede ...


Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de identidad en el bolsillo,
otros en el alma,
unos con la luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.

Cada uno se va aunque no pueda,
unos con el amor entre dientes,
otros cambiándose la piel,
unos con la vida y la muerte,
otros con la muerte y la vida,
unos con la mano en su hombro
y otros en el hombro de otro.

Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da o parece dar sobre el camino,
otros por una puerta dibujada en la pared o tal vez en el aire,
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber empezado a vivir.

Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán.

Roberto Juarroz

martes, 17 de septiembre de 2019

Elegía a la muerte de las violetas

Como si se muriesen por el ruido
de estos tiempos absurdos, ya no queda
ni en las húmedas quintas, una sola violeta.


Su perfume que casi no es perfume,
sino reminiscencia,
se ha olvidado, lo mismo que las voces
de las personas muertas.
Flores que son miradas de las tardes,
caídas en la tierra;
cuyas corolas guardan todavía,
la obscuridad grande de las ojeras.
Vidas de tan intacta aristocracia,
que, por no sorprender con su belleza,
quisieron ser sombrías y pequeñas,
sin dejar de ser grandes, como el beso,
la sonrisa, la lágrima y la estrella...


Hoy, en tanto que triunfran las campánulas,
el popular clavel, la rosa espléndida,
como novias románticas fallecen
cansadas de esperar a quien las deja.
Ya no hay quien las persiga en los barrancos,
y parece que nadie las quisiera:
sin duda, se escondieron demasiado
creyendo que bastaba su belleza;
Y se murieron sin vivir, lo mismo
que las cosas felices que se sueñan.
Pero un tiempo brotaban en el suelo
y él tenía algo azul, gracias a ellas...


Yo recuerdo que en casa, en el invierno,
siempre había en el centro de la mesa
de nuestro comedor, como un desquite
de la vulgaridad de la existencia,
de la sorda llovizna de las horas,
un silencioso ramo de violetas.
Y una dulzura espíritual, un íntimo
lirismo idealizaba nuestra cena;
y su tibio suspiro de ternura
nos afinaba el alma, como templan,
tan sólo por la gracia de su paso,
unos cuantos acordes, a una orquesta.


Y ellas, por un instante, conmovidas
bajo la luz eléctrica,
captaban la emoción de un sentimiento
y se caían sobre el agua fresca,
donde tal vez, soñando con un lago,
devolvían su alma a la belleza...........

Y ahora que ya no existen y estoy solo,
sin flores en mi mesa,
me acuerdo del silencio que guardaban,
y querría aprender de su nobleza.


Y ahora que ya no existen
sino como unas vidas de leyenda,
como esos seres que en un álbum viejo,
sonríen con el aire de otra época
en toda casa de familia honrada,
en todo hogar donde la gente sueña,
cuando es de noche y es invierno y llueve,
en los momentos de emoción intensa
y el silencio es espiritual, se nota
que hay un vacío, porque faltan ellas.


Pedro Miguel Obligado

martes, 4 de septiembre de 2018

Detener la palabra...



Detener la palabra
un segundo antes del labio,
un segundo antes de la voracidad compartida,
un segundo antes del corazón del otro,
para que haya por lo menos un pájaro
que puede prescindir de todo nido.

El destino es de aire.
Las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
pero la ausencia necesita otros
para que las cosas sean
su destino de aire.

La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.


Roberto Juarroz

domingo, 18 de febrero de 2018

Si has perdido tu nombre...


Si has perdido tu nombre,recobraremos la puntada de las calles más solas
para llamarte sin nombrarte.


Si has perdido tu casa,

despistaremos a los guardianes de la cárcel
hasta dejarlos con su sombra y sin sus muros.


Si has perdido el amor,
publicaremos un gran bando de palomas desnudas
para atrasar la vida y darte tiempo.

Si has perdido tus límites,
recorreremos el cruento laberinto
hasta alzar otra forma desde el fondo.


Si has perdido tus ecos o tu origen,
los buscaremos, pero hacia adelante,
en el templo final de los orígenes.

Solamente si has perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de nuevo.


Roberto Juarroz

viernes, 19 de mayo de 2017

Mientras haces cualquier cosa ...

Mientras haces cualquier cosa, alguien está muriendo.

Mientras te lustras los zapatos, mientras odias, mientras le escribes una carta prolija a tu amor único o no único.

Y aunque pudieras llegar a no hacer nada, alguien estaría muriendo, tratando en vano de juntar todos los rincones, tratando en vano de no mirar fijo a la pared.

Y aunque te estuvieras muriendo, alguien más estaría muriendo, a pesar de tu legítimo deseo de morir un minuto con exclusividad.

Por eso, si te preguntan por el mundo, responde simplemente: alguien está muriendo.

Roberto Juarroz

domingo, 16 de octubre de 2016

La vida dibuja un árbol...

La vida dibuja un árbol 
y la muerte dibuja otro. 
La vida dibuja un nido 
y la muerte lo copia.
 La vida dibuja un pájaro
 para que habite el nido 
y la muerte de inmediato
 dibuja otro pájaro.

Una mano que no dibuja nada
 se pasea entre todos los dibujos
 y cada tanto cambia uno de sitio.
 Por ejemplo: 
el pájaro de la vida 
ocupa el nido de la muerte
 sobre el árbol dibujado por la vida.

Otras veces
 la mano que no dibuja nada
 borra un dibujo de la serie. 
Por ejemplo: 
el árbol de la muerte 
sostiene el nido de la muerte,
 pero no lo ocupa ningún pájaro.

Y otras veces 
la mano que no dibuja nada
 se convierte a sí misma 
en imagen sobrante,
 con figura de pájaro, 
con figura de árbol, 
con figura de nido.

Y entonces, sólo entonces,
 no falta ni sobra nada.
 Por ejemplo:
 dos pájaros 
ocupan el nido de la vida
 sobre el árbol de la muerte.

O el árbol de la vida
 sostiene dos nidos
 en los que habita un solo pájaro.

O un pájaro único
habita un solo nido
 sobre el árbol de la vida
 y el árbol de la muerte


Roberto Juarroz

martes, 19 de mayo de 2015

El telar del enterrado


La identidad es un emprendimiento
de vasta, de una desmesurada dimensión.
Las raíces, de hondas, se vuelven inasibles.
Uno se ve brumoso a la luz del paisaje
y tiene una memoria que en realidad no tiene.
¿Por qué perdura, entonces? ¿Por qué insiste?
Y más: ¿por qué nos busca en las vidas remotas,
en estas vidas breves, con la misma obcecada,
obstinada obsesión? 


¿Por qué yo leo el aire? ¿Por qué la sed de hondura?
Siempre creo que estuve ya en la luz de este valle,
que he mirado esos rostros y esos silencios altos
donde mis dioses mudos ya no son ni oración .


¿Quién soy si soy? ¿Soy el que está durando?
Soy el que ha partido o el que está llegando
a su ser, a su uso infinito de estar de sólo estar?
¿Cuánto polvo me habita? Y aún ¿cuánto barro?
¿Qué de mí está enterrado? ¿Hasta qué edad de olvido?
¿Quién me dejó olvidado en esta eternidad? 


Digo el lugar: América, por señalar un ámbito
o dar de cielo a cielos señal de identidad.
Yo soy el enterrado, el poema de abajo
Hecho añicos, disperso, esparcido en el viento
que la arena ha escondido
y que yo busco en vano entre el polvaredal. 


Armando Tejada Gómez

PALABRAS FUNDAMENTALES




Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.
Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
encuentra algún obstáculo a tu intento,
¡sacude el ala del atrevimiento
ante el atrevimiento del obstáculo!


Nicolás Guillén

martes, 22 de abril de 2014

Soneto Nocturno

¿De quién es esta voz que va conmigo 
por el desierto de la noche oscura? 
¿De quién es esta voz que me asegura 
La certidumbre de lo que persigo? 

¿De quién es esta voz que no consigo
reconocer en la tiniebla impura? 
¿De quién es esta voz cuya dulzura 
me recuerda la voz del pan de trigo? 

¿De quién es esta voz que me serena? 
¿De quién es esta voz que me levanta? 
¿De quién es esta voz que me enajena? 

 ¿De quién es esta voz que cuando canta, 
 ¿De quién es esta voz que cuando suena 
me anuda el corazón y la garganta?  


Francisco Luis Bernárdez

martes, 18 de marzo de 2014

MAR

El mar es
el Lucifer del azul.
El cielo caído
por querer ser la luz.
 
¡Pobre mar condenado
a eterno movimiento,
habiendo antes estado
 quieto en el firmamento!
 
Pero de tu amargura
te redimió el amor.
Pariste a Venus pura,
y quedóse tu hondura
virgen y sin dolor.
 
Tus tristezas son bellas,
mar de espasmos gloriosos.
Mas hoy en vez de estrellas
tienes pulpos verdosos.
 
Aguanta tu sufrir,
formidable Satán.
Cristo anduvo por ti,
mas también lo hizo Pan.
 
La estrella Venus es
la armonía del mundo.
¡Calle el Eclesiastés!
Venus es lo profundo
del alma ...
 
. . Y el hombre miserable
es un ángel caído.
La tierra es el probable
paraíso perdido.



Federico García Lorca

martes, 18 de febrero de 2014

NOCTURNO Y ELEGIA

Si pregunta por mí, traza en el suelo
una cruz de silencio y de ceniza
sobre el impuro nombre que padezco.
Si pregunta por mí, di que me he muerto
y que me pudro bajo las hormigas.
Dile que soy la rama de un naranjo,
la sencilla veleta de una torre.

No le digas que lloro todavía
acariciando el hueco de su ausencia
donde su ciega estatua quedó impresa
siempre al acecho de que el cuerpo vuelva.
La carne es un laurel que canta y sufre
y yo en vano esperé bajo su sombra.
Ya es tarde. Soy un mudo pececillo.

Si pregunta por mí dale estos ojos,
estas grises palabras, estos dedos;
y la gota de sangre en el pañuelo.
Dile que me he perdido, que me he vuelto
una oscura perdiz, un falso anillo
a una orilla de juncos olvidados:
dile que voy del azafrán al lirio.

Dile que quise perpetuar sus labios,
habitar el palacio de su frente.
Navegar una noche en sus cabellos.
Aprender el color de sus pupilas
y apagarse en su pecho suavemente,
nocturnamente hundido, aletargado
en un rumor de venas y sordina.

Ahora no puedo ver aunque suplique
el cuerpo que vestí de mi cariño.
Me he vuelto una rosada caracola,
me quedé fijo, roto, desprendido.
Y si dudáis de mí creed al viento,
mirad al norte, preguntad al cielo.
Y os dirán si aún espero o si anochezco.

¡Ah! Si pregunta dile lo que sabes.
De mí hablarán un día los olivos
cuando yo sea el ojo de la luna,
impar sobre la frente de la noche,
adivinando conchas de la arena,
el ruiseñor suspenso de un lucero
y el hipnótico amor de las mareas.

Es verdad que estoy triste, pero tengo
sembrada una sonrisa en el tomillo,
otra sonrisa la escondí en Saturno
y he perdido la otra no sé dónde.
Mejor será que espere a medianoche,
al extraviado olor de los jazmines,
y a la vigilia del tejado, fría.
No me recuerdes su entregada sangre
ni que yo puse espinas y gusanos
a morder su amistad de nube y brisa.
No soy el ogro que escupió en su agua
ni el que un cansado amor paga en monedas.
¡No soy el que frecuenta aquella casa
presidida por una sanguijuela!

(Allí se va con un ramo de lirios
a que lo estruje un ángel de alas turbias.)
No soy el que traiciona a las palomas,
a los niños, a las constelaciones...
Soy una verde voz desamparada
que su inocencia busca y solicita
con dulce silbo de pastor herido.

Soy un árbol, la punta de una aguja,
un alto gesto ecuestre en equilibrio;
la golondrina en cruz, el aceitado
vuelo de un búho, el susto de una ardilla.
Soy todo, menos eso que dibuja
un índice con cieno en las paredes
de los burdeles y los cementerios.
Todo, menos aquello que se oculta
bajo una seca máscara de esparto.
Todo, menos la carne que procura
voluptuosos anillos de serpiente
ciñendo en espiral viscosa y lenta.
Soy lo que me destines, lo que inventes
para enterrar mi llanto en la neblina.

Si pregunta por mí, dile que habito
en la hoja del acanto y en la acacia.
O dile, si prefieres, que me he muerto.
Dale el suspiro mío, mi pañuelo;
mi fantasma en la nave del espejo.
Tal vez me llore en el laurel o busque
mi recuerdo en la forma de una estrella.



Emilio Ballagas

domingo, 12 de enero de 2014

Ya era hora ...


 ...de que subiera este poema completo.

LA SANGRE ES UN MAR INMENSO

La sangre es un mar inmenso
que baña todas las playas...

Sobre sangre van los hombres,
navegando en sus barcazas:
reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!

Al negro de negra piel
la sangre el cuerpo le baña;
la misma sangre, corriendo,
hierve bajo carne blanca.

¿Quién vio la carne amarilla,
cuando las venas estallan,
sangrar sino con la roja
sangre con que todos sangran?

¡Ay del que separa niños,
porque a los hombres separa!
El sol sale cada día,
va tocando en cada casa,
da un golpe con su bastón,
y suelta una carcajada...

¡Que salga la vida al sol,
de donde tantos la aguardan,
y veréis cómo la vida
corre de sol empapada!

La vida vida saltando,
la vida suelta y sin vallas,
vida de la carne negra,
vida de la carne blanca,
y de la carne amarilla,
con sus sangres desplegadas. . .
  

¡Los niños, fascinados,
se van levantando,
y rodean a la madre,
que los abraza formando un grupo con ellos,
pegados a su alrededor. Continúa!:

Sobre sangre van los hombres
navegando en sus barcazas:
reman, que reman, que reman,
¡nunca de remar descansan!

Ay de quien no tenga sangre,
porque de remar acaba,
y si acaba de remar,
da con su cuerpo en la playa,
un cuerpo seco y vacío,
un cuerpo roto y sin alma,
¡un cuerpo roto y sin alma! . . .


Nicolás Guillén

UNA CARTA DE AMOR




Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.


Julio Cortázar

lunes, 14 de octubre de 2013

12 de octubre

TELAR DE LA SANGRE

¿Qué hago con esta sangre de dos sangres?
¿Qué hago con el silicio que me habita?
¿Qué hago con estos pómulos de huarpe
y esta barba telar encanecida?
¿Y qué con mi memoria irreverente
que no quiere olvidar y que no olvida?
¿Y este idioma curtido a la intemperie
sobre el idioma muerto de mi raza?
¿Con esta antigüedad de antigua piedra
y la genealogía de mis padres?
¿Qué hago con este polvo enamorado
de mi palabra nueva en tu palabra?
Madre de pueblos, loca y fundadora,
¿Por qué me habéis abandonado?
¿Dónde cayó el abuelo violador
que asesinó a mi abuelo milenario?
Y tengo que asumirte. Si te niego
seré el americano más cobarde.
Para saldar las cuentas del martirio
hay que aclarar las aguas.
Admitirte en la cruz del genocidio
y en la espada de sangre que es mi sangre.
Por las claras del día, madre ausente,
quiero verte la cara,
por trescientos millones de tu cría
y por quinientos años de olvidarnos.
De otro modo no vengas, si no vienes
a asumirte en la sangre de tu sangre.
Mis hembras han tejido en su paciencia,
telar continental, todas las sangres.

Armando Tejada Gómez

domingo, 12 de febrero de 2012

PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA


Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez.

Julio Cortázar

Tristeza infinita

Se fue un poeta de la palabra y la música . Gracias por lo que nos dejaste Luis

domingo, 16 de octubre de 2011

Nocturno



¿Cómo te llamas, noche de esta noche?
Dime tu nombre. Déjame
Tu santo y seña
Para que yo te reconozca
Siempre
A través de otras noches diferentes.
Tú me ofreces su frente en medialuna
(Medialuna de carne),
Sus labios (pulpa en sombra)
Y su perfil al tacto…
(Mañana mi derecha
Jugará a dibujar su contorno en el aire.)
¿Cómo te llamas, noche de esta noche?
Dime tu nombre, déjame
Tu santo y seña
Para que yo te reconozca
Siempre
A través de otras noches diferentes.
¡Y que pueda llamarte gozoso,
Trémulo,
Por tu nombre!

Emilio Ballagas

miércoles, 9 de febrero de 2011

Aquel día en que abrió el loto ...

Aquel día en que abrió le loto,
mi pensamiento andaba vagabundo, y no supe que florecía.
Mi canasto estaba vacío, y no vi la flor.
Sólo, de vez en cuando, no se qué tristeza caía sobre mi;
y me levantaba sobresaltado de mi sueño,
y olía un rastro dulce de una extraña fragancia que erraba en el viento del sur.
Su vaga ternura traspasaba de dolor nostágico mi corazón.
Me parecía que era el aliento vehemente del verano que anhelaba completarse.
¡Yo no sabía entonces que el loto estaba tan cerca de mí, que era mío,
que su dulzura perfecta había florecido en el fondo de mi propio corazón!


Rabindranath Tagore (1861-1941)

viernes, 9 de abril de 2010

Pero que te pueda ver

Si es que me quieres matar,
no esperes a que me duerma,
pues no podré despertar.
Muerto, ay, muerto y también dormido,
no es ni morir ni soñar,
no es ni recuerdo ni olvido.
Muerto,
ay, muerto y también dormido.

Mátame al amanecer,
o de noche si tú quieres;
pero que te pueda ver las uñas,
pero que te pueda ver los ojos,
pero que te pueda ver.


Nicolás Guillén

sábado, 9 de enero de 2010

Gente que es así, tan necesaria...

Gente

Hay gente que con solo decir una palabra
Enciende la ilusión y los rosales;
Que con solo sonreír entre los ojos
Nos invita a viajar por otras zonas,
Nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con solo dar la mano
Rompe la soledad, pone la mesa,
Sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
Que con solo empuñar una guitarra
Hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con solo abrir la boca
Llega a todos los límites del alma,
Alimenta una flor, inventa sueños,
Hace cantar el vino en las tinajas
Y se queda después, como si nada.

Y uno se va de novio con la vida
Desterrando una muerte solitaria
Pues sabe que a la vuelta de la esquina
Hay gente que es así, tan necesaria.

Hamlet Lima Quintana

sábado, 14 de marzo de 2009

Canción de cuna para despertar a un negrito

Dórmiti, mi nengre,
mi’nengre bonito...
E. Ballagas.


Una paloma
cantando pasa:
¡Upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa;
ni el cocodrilo
ni la yaguaza,
ni la culebra,
ni la torcaza...
Coco, cacao,
cacho, cachaza,
¡upa, mi negro,
que el sol abrasa!

Negrazo, venga
con su negraza.
¡Aire con aire,
que el sol abrasa!
Mire la gente,
llamando pasa;
gente en la calle,
gente en la plaza;
ya nadie queda
que esté en su casa...
Coco, cacao,
cacho, cachaza,
¡upa, mi negro
que el sol abrasa!

Negrón, negrito,
ciruela y pasa,
salga y despierte,
que el sol abrasa;
diga despierto
lo que le pasa...
¡Que muera el amo,
muera en la brasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa:
¡coco, cacao,
cacho, cachaza,
upa, mi negro,
que el sol abrasa!

Nicolás Guillén

viernes, 27 de febrero de 2009

Amasa

Uno...no existe

Dos es mejor
pero es lo mismo.

Diez, es un punto.
Cien, una promesa.
Mil, una estela impalpable.

¿Cuántos granos de harina necesitamos
para empezar a amasar el Pan?

¿Cuántas palabras para amasar un libro?

¿Cuántos libros para amasar nuestra literatura?

¿Cuánto Arte y cuánto Pan para amasar el Alma de nuestro pueblo?

He soñado a escultores y panaderos
amasando juntos un alimento único.
Mezcla de Arte tan cotidiano como el Pan
y de un Pan Social que nos eleve tanto como el Arte.

He soñado la harina mezclándose con las letras,
uniéndose con la notas tibias de una guitarra,
amasandose
y amasándonos,
acompazada en un gran movimiento envolvente,
como un nuevo vientre de muchos.

He soñado que los hombres eran de tierra,
la tierra era de pan
y el pan, el pan por fin, era de todos los hombres.

Martín Echeverría

sábado, 21 de febrero de 2009

Lo Fatal

DICHOSO el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y no saber adónde vamos,ni de dónde venimos!...

Rubén Darío

martes, 17 de febrero de 2009

LABERINTOS

El laberinto

Zeus no podría desatar las redes
de piedra que me cercan. He olvidado
lo hombres que antes fui; sigo el odiado
camino de monótonas paredes
que es mi destino. Rectas galerías
que se curvan en círculos secretos
al cabo de los años. Parapetos
que han agrietado la usura de los días.
En el pálido polvo he descifrado
rastros que temo. El aire me ha traído
en las cóncavas tardes un bramido
o el eco de un bramido desolado.
Se que en la sombra hay Otro, cuya suerte
es fatigar las largas soledades
que tejen y destejen este Hades
y ansiar mi sangre y devorar mi muerte.
Nos buscamos los dos. Ojalá fuera
éste el último día de la espera.

J. L. Borges

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Laberinto

No habrá nunca una puerta. Estás adentro
Y el alcázar abarca el universo
Y no tiene anverso ni reverso
Ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
Que tercamente se bifurca en otro,
Que tercamente se bifurca en otro,
Tendrá fin. Es de hierro tu destino
Como tu juez. no aguardes la embestida
Del toro que es un hombre y cuya extraña
Forma plural da horror a la maraña
De interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
En el negro crepúsculo la fiera.

J.L. Borges.

Dos poemas relacionados, dos visiones distintas. Aconsejo acompañarlos con el cuento "La casa de Asterión" .

(los escribí EXACTAMENTE IGUAL a como estaban en el libro, mayúsculas y cambio de línea )

sábado, 14 de febrero de 2009

Elegía moderna del motivo cursi

No sé lo que tu pienses hermano,
pero creo que hay que educar la musa desde pequeña
en una fobia sincera contra las cosas de la Luna,
satélite cornudo , desprestigiado y feo.

Edúcala en los parques, respirando aire libre,
mojándose en los ríos y secándose al sol;
que sude, que boxee, que se exalte,que vibre,
que apueste en las carreras y que juegue hand ball.

Tú dirás que el consejo es pura "pose" ¿no es eso?
Pues no, señor, hermano. Lo que ocurre es que aspiro a
eliminar el tipo de la mujer-suspiro,
que está dentro del mundo como un pájaro preso.

Por lo pronto, mi musa ya está hecha a mi modo.
Fuma. Baila. Se ríe. Sabe algo de derecho,
es múltiple en la triste comunidad del lecho
y dulce cuando grito, blasfemo o me incomodo.

Por otra parte, cierro mi jardín de tal suerte
que no hay allí manera de extasiarse en la Luna.
(Por la noche, el teatro, el cabaret,
o alguna recepción…) Y así vivo considerado y fuerte.

Nicolás Guillén

Me acabo de enterar que Guillén murió el año en que nací.

viernes, 13 de febrero de 2009

Golondrinas

Hace tiempo que la palabra "patria" medio que me revuelve el estómago. En este caso, no me ocurre, porque creo entender a Man, y en medio de sus palabras, me parece hermosa...

"Benditas las hermanas golondrinas. Son aves de paz; no riñen vida con el hombre, no dañan el campo, no zorzalean en los huertos, no pican la uva, no roban la miga al pan. Son aves del cielo: patria infinita, donde la senda es ancha como su extensión azul, donde no se disputa el sitio, donde no tiene nombre el lugar.
Bien hayas, hermana golondrina, para decir al hombre: _ Aspira al cielo; tu alma sea libre como vuelo, y tu vida cómo la mía: honradez y paz."

Man Césped

Agua

Poesía

Agua tan pura que casi
no se ve en el vaso de agua
Del otro lado está el mundo.
De este lado casi nada...
Un agua tan pura, tan limpia
que da trabajo mirarla.

Manuel del Cabral

jueves, 12 de febrero de 2009

Nicolás y el Sol

Mi amiga Muchi dice que soy una covachera (¿se escribe así), y tiene razón, porque guardo todo lo que creo que tiene algo de historia, mía y ajena. Cómo no voy a guardar los libros de la escuela míos, de mis hermanos, y uno que otro que me regaló la vecina en otra época para ver si me servían. Cómo no voy a guardarlos , si metiéndome en ellos encuentro cosas como esta!

El sol sale cada día
va tocando con su bastón
y suelta una carcajada...
¡qué salga la vida al sol,
de donde tantos la guardan
y veréis cómo la vida
corre de sol empapada...!

Nicolás Guillén

De la primaria

LOS TIENES CUANDO LOS TIENES

Se escapan de los bolsillos
no te los quieras guardar
el ala de la calandria
o los colores del mar.

El sol te pica y te pica
si te lo quieres llevar
porque su amor es de todos
y no lo quiere dejar

Se te escapa de las manos
el buen olor del pinar
y el canto de los guijarros
que escucha tu caminar

Los tienes cuando los tienes
pero sabiéndolos dar,
que no se guarda en bolsillo
la lucecita lunar.

Fernanda Hermoso

(cuando leí esto estaba acompañado del la pintura de Angeles Ballester "la niña y la paloma", que ojalá encontrara ahora para subir, ...si, no tengo escaner)