Mientras haces cualquier cosa, alguien está muriendo.
Mientras te lustras los zapatos, mientras odias, mientras le escribes una carta prolija a tu amor único o no único.
Y aunque pudieras llegar a no hacer nada, alguien estaría muriendo, tratando en vano de juntar todos los rincones, tratando en vano de no mirar fijo a la pared.
Y aunque te estuvieras muriendo, alguien más estaría muriendo, a pesar de tu legítimo deseo de morir un minuto con exclusividad.
Por eso, si te preguntan por el mundo, responde simplemente: alguien está muriendo.
Roberto Juarroz
viernes, 19 de mayo de 2017
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